miércoles, 10 de diciembre de 2008

Quiere cumplir el sueño de dirigir




INADVERTIDO. “Concursante”, un filme de 2007, no tuvo repercusión. LA GACETA


MADRID.- La producción cinematográfica no morirá. Al menos mientras queden directores dispuestos a luchar por sus proyectos. Leonardo Sbaraglia es de los que creen que, en lugar de padecer las descargas de internet, hay que buscar la manera de aprovecharlas. “Concursante” (2007), una película en la que participó, tuvo escasa repercusión en las salas y gran aceptación en la red. Aunque el horizonte sea poco esperanzador, el protagonista de “Caballos salvajes” (1995) le confiesa a LA GACETA que fantasea con experimentar con la realización.

-Parece un paso inevitable cuando el actor llega a la madurez…
-Es una inquietud normal cuando ya has hecho varias películas, cuando has conocido a distintos directores y cuando tienes una necesidad expresiva. No sé si esto se me va a dar alguna vez o no, porque inclusive hay que entrar en un circuito económico. Yo no soy rico y no puedo, en este momento, dejar de percibir honorarios para dedicarme a la dirección…

-¿Cree que ha sido positivo el camino que ha recorrido la televisión para el público joven desde el éxito que fue “Clave de sol”?
-El mundo ha cambiando mucho desde entonces. Pero no puedo decir si aquello era una propuesta mejor que las que hay ahora. “Clave de sol” tenía demasiada ingenuidad en algunos aspectos. Justamente algo que echaba de menos en ese programa era que se hablase más de los conflictos reales que podían tener los chicos de 15, 16 o 17 años. Por ejemplo, el acercamiento al sexo. En el presente, quizá se usa esta cuestión como un efecto y no como una investigación profunda. (Especial)
La clave es la vocación y la formaciónLeonardo Sbaraglia ha participado en trabajos que marcaron a varias generaciones de argentinos, como “Tango feroz” (1993). Ha crecido en la pantalla. Quizá por ello sólo puede dar un consejo –el que le dio su primer profesor de teatro- para los que recién empiezan: “si esto no te gusta mucho, mucho, pero mucho, mucho, mucho... (70 veces ‘muchos’), dedicate a otra cosa”. Recuerda que esta es una profesión dura, que eso significa que a muy poca gente le va bien. “Además de tener una vocación firme, es necesario formarse bien técnicamente, pero también como individuo. Estudiar, aprender y no esperar que las oportunidades vengan de afuera, sino crearlas”, dijo. A juzgar por los resultados que están a la vista, a Sbaraglia le ha funcionado la receta. (Especial)

martes, 9 de diciembre de 2008

Leonardo Sbaraglia: “La profesión de actor exige estar muy despierto”


El actor argentino radicado en España habló en exclusiva con LA GACETA. Sin tapujos se refirió a su carrera, al “nuevo cine argentino” y a las dificultades de la industria a ambos lados del Atlántico.


TRABAJO. El actor contó que debe asumir nuevos personajes cada tres meses, y que eso lo desestabiliza mucho.

A GACETA / IRENE BENITO

Admirador de Dumont y Chávez


Padre de familia desde hace dos años, el actor Leonardo Sbaraglia hace fotografía en el tiempo libre que le deja su rutina, que, además de interpretar, le exige leer guiones y mirar películas. Alrededor de una por día. Dice que Ulises Dumont, recientemente fallecido, fue un gran actor: "de los más grandes que hubo en Argentina". Entre los colegas admira mucho a Julio Chávez, y a Rodrigo de la Serna y a Fernán Mirás. Su próximo proyecto es otra película, esta vez con la dirección de Marcelo Piñeyro.


MADRID (Irene Benito, especial para LA GACETA).- Gracias a las entrañables “La noche de los lápices” (1986) en cine, o “Clave de sol” (1987) en televisión, hasta la celebrada "Plata quemada” (2004) o la reciente –y polémica- “Diario de una ninfómana”, tanto en España como en Argentina, a fuerza de trabajar sin descanso, Leonardo Sbaraglia, Leo, se ha convertido en un personaje familiar. Un actor de 38 años que, sin embargo, pasa inadvertido en un bar de Madrid, en un mediodía gélido. Afuera, llueve con insistencia. Pese a tener una carrera sin fisuras, de más de dos décadas (debutó a los 15 años), Sbaraglia defiende que no vale relajarse: “persigo deseos y sueños que cambian todo el tiempo. A medida que creces, los objetivos son más sofisticados. Si dejase de ser así, estaría perdido, lo mismo que si no aspirase a hacer algo original en cada trabajo. Esta profesión te exige estar muy despierto porque cada nueva obra tiene una verdad diferente”.


-Ha formado parte del elenco de casi 40 obras, entre el cine, la televisión y el teatro. ¿Cómo se libra de la repetición?

-Sería un deja vu si interpretase el mismo personaje durante varios años. En mi caso, ¡a veces tengo un papel distinto cada tres meses! En un momento siento que me gustaría lo contrario: que un personaje durase más tiempo. Preparar un trabajo desestabiliza muchísimo.


-En España se habla con admiración del “nuevo cine argentino”. ¿Está de acuerdo con esta etiqueta?

-Algo de cierto debe haber, en el sentido de que, estadísticamente, muchas propuestas interesantes provienen de Argentina. Es el caso de las películas que hacen directores como Lucrecia Martel, Pablo Trapero, Daniel Burman o Lisandro Alonso, cuya película, “Liverpool”, acaba de recibir un premio en el Festival Internacional de Gijón. En Argentina todavía se le da mucha cabida al cine de autor, que, con muy pocas concesiones al mercado, intenta expresar ideas y sentimientos profundos. Son películas difíciles, duras y que, por supuesto, están hechas para el público, pero no condicionadas por la necesidad de que funcionen en las salas. Eso da como resultado un cine más auténtico y original.


-El dinamismo del sector en Argentina contrasta con el horizonte de una industria que, en general, está muy amenazada...

-Producir películas es cada vez más complicado. Cada vez es más difícil apostar por proyectos que se sabe que no van a tener ni una respuesta masiva del público ni espacio para defenderse en una sala. España y Argentina tienen una industria muy ligada: hay películas de nuestro país que se financian casi con exclusividad con la compra de Televisión Española. Pero este medio cada vez adquiere menos obras y restringe más las que proceden de América Latina.

-¿En qué se traduce esta falta de inversión?

-En que ciertos títulos eran realizables hace dos años y ahora ya no lo son. Se está armando un nuevo tablero en el universo de las películas: están las de muy bajo presupuesto, sin ninguna aspiración a tener más de 30.000 espectadores, y las súper producciones. En ese contexto, la clase media de las películas tiende a desaparecer.

domingo, 7 de diciembre de 2008

"La conspiración"

Santiago, 7 de diciembre.- La serie de ciencia ficción "La conspiración" será grabada en 2009 por productoras de Chile, México y Argentina y podría contar entre sus figuras a la mexicana Ana Claudia Talancón, informó hoy el diario "El Mercurio".
El periódico chileno señaló que la productora local Nueva Imagen se asoció con la empresa del mexicano Jorge Mondragón, representante de Diego Luna y Gael García Bernal, para concretar la serie que se grabará en Valparaíso, puerto distante 120 kilómetros de Santiago.
Indicó que, por ese motivo, para el protagónico femenino de la serie de televisión se negocia con Talancón, quien estelarizó las películas "El crimen del padre Amaro" y de "Arráncame la vida".
Por parte de Chile, en tanto, figurará como protagonista el actor Benjamín Vicuña, mientras que el tercer personaje principal lo encarnaría el argentino Leonardo Sbaraglia, previa asociación con una productora de su país.
"La conspiración" , según la fuente, recoge parte del "imaginario desplegado en "El código Da Vinci", con sectas, símbolos misteriosos y persecuciones" , proyectó que este año ganó 208 mil dólares de un fondo estatal para proyectos de televisión chilenos.
"En la trama, Vicuña será `Tobías", un clarividente que es contactado para trabajar junto a una ex policía y un estudioso de las sectas, papeles pensados para Talancón y Sbaraglia, respectivamente" , detalló "El Mercurio".
Agregó que "el trío acepta la misión de proteger a un niño de nueve años, el único sobreviviente de una matanza en Valparaíso.
La mayor parte de la acción transcurre en el puerto, pero el plan también incluye grabaciones en Buenos Aires y México". (Con información de Notimex/TPC)