Usted tiene una hija. ¿Cómo educarla en un mundo así?
Estoy rodeado de gente maravillosa que ofrece otros caminos. Lo que más necesita un niño es amor, pero se les educa a base de castigos: es la receta que el sistema nos irá imponiendo después. Educar con culpa. Amenazar. Ése no es el camino, sino enseñar con paciencia, saber que uno está aprendiendo también.
¿Qué ha aprendido usted como actor?
A comprender cómo piensan otros lo que, a la postre, sirve para reflexionar sobre uno mismo. Te abre los ojos. Y, cuánto más ve uno, más culto y mejor persona es.
Ahora vemos mucho, ¿pero no somos cada vez menos cultos?
Sí. Nos vamos guiando por nuestro trabajo, por nuestra cotidianidad, y miramos menos a los otros. Nuestra cabeza y nuestra alma se van haciendo más pequeñas.
¿Qué le ha hecho crecer más como actor y como persona?
La paternidad. Es maravillosa. Es el mejor camino que puede tomar un ser humano para ser mejor persona.
Y su carrera, ¿cómo va?
Aleatoria, como siempre. Tengo ganas de armar un proyecto más mío, más personal.
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