Leo, el más veterano, confiesa encontrarse “mucho mejor ahora que hace un par de décadas; más cómodo conmigo mismo”Cuando me trasladé a España, hace unos años, Héctor me abrió las puertas de su casa, con una enorme generosidad. Por eso, para mí Ernesto es como un hernmano. Confiesan disfrutar enormemente de su profesion y coinciden en que ese trasiego de personajes que pasan, han pasado y pasarán por sus manos - esto lo dicen manifestando la prudencia de los cómicos para estos asuntos - enriquece sus vidas día a día.
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