Leonardo Sbaraglia ya no es de aquí, sino, más que nunca, es de ese "allá" que por capricho de su paseo promocional ha pasado a ser la Argentina. Es, para él y para los españoles que lo siguen con entusiasmo y devoción, de esa misma patria real y ficcional que lo vio nacer, crecer, irse y volver, aunque con las alas para nada plegadas.
A pesar de las dos décadas de experiencia acumuladas en ambas orillas del cine, el aprendizaje en la actuación para Sbaraglia es aún un camino recién iniciado, en el que aún "queda demasiado por explorar y por explotar" antes de pasar a entregarse a una de sus grandes fantasías: dirigir."Sí, soy consciente de que voy a estar detrás de cámara, pero aún no ha llegado el momento. Va a llegar, sin dudas, cuando encuentre una historia que quiera contar yo. Y ahí, sí, que para mí va a significar, una vez más, volver a empezar de cero", asegura Sbaraglia, quien, a sólo un trimestre de cumplir 40 años, aún sabe guardarse lo mejor para el futuro.
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