La película logra una rara mezcla de tensión, durante, y de desahogo, al salir del cine.
Sbaraglia : Es que si bien la gente se ríe y la disfruta, te va cimbronando. Es como un tren que va a alta velocidad y te va sacudiendo los órganos. Te reís porque te liberás o te sentís identificado, pero todo el tiempo te toca una zona bastante visceral.
Darín : Es residual.
Martínez : Y te sorprende.
¿Cómo se inmiscuye el humor en una película así de violenta? ¿Es una manera de incomodar, de sacarlo de registro al espectador?
Martínez : Se desprende solo. No nos hacemos los graciosos.
Sbaraglia : Es muy el lenguaje de Damián (Szifron).
Darín : Se desprende naturalmente de la situación. No es un humor empujado. Sí, pensado.
Martínez : Las situaciones extremas tienen eso. Woody (Allen) dijo: “La comedia es tragedia más tiempo”.
Darín : Claro. Es distancia.
¿Suelen hacer eso?
Martínez : Yo lo he hecho.
Darín : Yo lo hago. Me gusta más eso que el estreno. Los estrenos están plagados de intereses.
Sbaraglia : Estaría bueno hacerlo con esta película porque es como una montaña rusa. Eso se respira.
¿A todos les ofrecieron su personaje? ¿Alguno pudo elegir?
Sbaraglia : Me parece que de entrada estaba todo cocinado.
Martínez : A mí me dio a elegir entre dos. Y elegí la que hago.
Darín : A mí también. Seguramente son los dos nuestros.
Sbaraglia : A mí me encantó el que me ofrecieron. Podría haber hecho alguno de los personajes de la historia de Oscar. El jardinero es un personaje precioso.
Darín : Ese muchacho está soberbio. Todos los personajes son lindos. Eso es lo que tiene: no escribió huesos.
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