Ser testigo de su carrera es seguir a un actor en transformación constante. Siempre está empujando sus propios límites. Busca y explora con diversos directores, con mundos diferentes, para no repetirse.
Habla muy pausado. Tiene claro lo que siente y lo que piensa. Sus silencios más largos se producen cuando tiene que nombrar actrices que le dejaron huella. A la hora de definirse políticamente se considera oficialista pero sin fanatismos. Hace personajes histriónicos en medio del relato. De pronto se convierte en Lito Cruz, en Robert De Niro o en Pedro Almodóvar.
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