Si algo tiene el cineasta de origen gallego es que pase por donde pase
no deja pelusa debajo de alfombra. Con “Concursante” (2007) ponía en tela de
juicio los tejemanejes que se producían entre las bambalinas del sistema
económico, una historia kafkiana que en su momento no
tuvo gran acogida, pero que el tiempo a tratado como al buen vino y ahora
produce la sonrisa de orgullo en su director cada vez que es mencionada en una
entrevista
Un personaje el de De
Niro cuya presencia en la cinta aterra más por lo que se cuenta que por sus
apariciones, un halo de oscuridad y enigma que desconcierta más aun por la
atmosfera que deja su mención que por su aparición. Aunque si algo hay que mencionar
es que tanto su interpretación como la de Leonardo Sbaraglia en el papel de Leonardo Palladino, del estereotipo americano psíquicos/curandero es fascinantemente
aterrador.
Lo que consigue Cortés con "Luces Rojas" es una sobrecogedora sensación a través de la mezcla de
realismo sucio y superstición, una atmósfera enrarecida que sumerge al
espectador en la incertidumbre que sólo consigue un thriller de los que no se
olvidan después de los créditos. Y es que salvo cierta posdata que es mejor no
revelar, el trabajo de "Luces Rojas" confirma que la firma de Rodrigo Cortés –como la de todo buen
ilusionista– no deja jamás que nos anticipemos a su golpe de efecto. Sara Landrobe
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