El 18 de febrero se estrena Sin retorno, ópera prima del prometedor Miguel Cohan, que narra la historia de un joven que huye después de haber atropellado a un ciclista en la carretera.
T_ Parece que va a debutar en Hollywood con Red Ligths, de Rodrigo Cortés, y junto a Robert de Niro...
LS_ No sé si es Hollywood, pero sí en inglés. Me da pudor decir Hollywood. Es una coproducción americana-española, un papel muy pequeño, pero que me ha dado la posibilidad de trabajar con Rodrigo, al que adoro. Y, sí, sobre todo, es empujarme hacia esa oportunidad de, quizás, en el día de mañana, poder seguir este camino.
T_ ¿Ha llegado a un punto como actor en que puede elegir los papeles que quiere interpretar?
LS_ Unas veces más que otras, pero no siempre es así, incluso para otros, como Robert de Niro... No sé si a él le interesa seguir haciendo The Fockers, pero seguro que gasta quinientas veces más que yo y tiene que pagar miles de cosas. En mi escala es muy diferente, debo seguir manteniendo a mi familia y mis gastos. Nadie tiene la vaca atada. Hay que trabajar en esta profesión toda tu vida. No me puedo dar el lujo de hacer una película al año, de hecho, creo que muy pocos lo logran. Porque el actor, al contrario de lo que muchos piensan, no gana fortunas. Una cosa es tener el reconocimento en Hollywood, y otra trabajar en países con una economía y una industria tan débil como la argentina o la española, y eso que es más fuerte. Además, ahora con la crisis, se produce mucho menos cine. Aún así, en mi caso, he podido elegir bastante. De mis 30 y pico películas, hay, por lo menos, veinte de ellas de las que me siento muy orgulloso.