¿El guión toma partido?
SBARAGLIA: El film no emite juicios, porque ninguno de los personajes se merece lo que les pasa. Uno, como actor, intenta ser objetivo. No aceptaría hacer algo con lo que no estuviera de acuerdo, o si creyera que esto podría confundir al espectador. Si hago a un cretino debo intentar entender su inhumanidad. He elegido muchos papeles con los que estuve en desacuerdo desde lo ideológico o lo moral. Actuar no es exponer el punto de vista propio, sólo entregarse a la ficción, sin interferencia.
¿Sobrevuela el tema de la pena de muerte?
LS:Los autores y el director son inteligentes, y cultos, por lo cual saben en qué mundo viven. De algún modo responden a la subjetividad que hay en la sociedad. Es inevitable que se hable de la justicia, pero nunca se la juzga, aunque se desprendan metáforas de nuestra realidad. A veces, opina gente famosa, aunque desde la ignorancia y de un lugar reaccionario, por no tener contacto ni con la pobreza, ni con la injusticia social, y los medios le dan más lugar. Todos sabemos que este sistema produce y reproduce delincuencia. El capitalismo también vive de eso y la promueve.
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