Nunca fuiste parte del lifestyle que venden las
revistas. ¿Fue una decisión consciente alejarte de esa venta de fantasías?
Cuando era chico, por ahí sí tuve algo más de
noche, jet set y esas cosas, pero no mucho. La verdad es que hay algo de eso
que no me sale. Es como si mi propio cuerpo no me dejara meterme por ese lado.
Me parece que no son decisiones tan racionales, son pequeños pasitos que van
construyendo una imagen. Uno se va convirtiendo en alguien, en una identidad
más o menos coherente. Yo trato de luchar por quién quiero ser (risas). Suena
muy enroscado pero es la verdad. Tengo una vida propia construida, y con una hija
y una mujer es más difícil que te vean en la noche.
¿Tiene mala
prensa la fidelidad por estos días?
-Puede ser.
Yo siempre intento recordar que mi vida real es otra más allá de la que se ve
en los medios. Más allá de lo que le gustaría vender a las revistas, mi verdad
es muy simple. Yo vivo mi vida con mi mujer y mi hija, no hay nada
espectacular, es algo estable.
-¿No hay
riesgos de que te sumes a los cambios que se ven ahora?
-¿Lo decís
por Rial? (risas). Son elecciones. Me parece que tampoco hay que hacer una
bandera de eso. Yo trato de escapar y de intentar que eso no sea un tema cuando
se habla de mí. Mi tema público es la actuación y ciertas opiniones que puedo
dar sobre algunas cosas. Del resto, intento zafar. No me gusta definirme. Trato
de dar pocas opiniones sobre mi intimidad porque es mi terreno y no quiero que
se toque ni se estigmatice, si no quedo preso. Uno no es nada, uno no sabe lo
que es. Uno es la vida que tiene hasta que tiene otra. Y no me parece necesario
dar explicaciones sobre eso. Es uno el que tiene que marcar los parámetros de
qué quiere ser.
-¿Le
hiciste una consulta personal?
-(Risas.)
Fui a ver a una brujita que me recomendaron amigos, pero sólo para investigar.
La hice muchas preguntas sobre generalidades. Ella tiraba el tarot pero yo
prefiero no saber, traté de no abrir demasiado mi corazón (risas). Igual no
quiero contar más por respeto a la brujita. -¿Tenés a alguien con poderes
psíquicos en tu familia?
-¿Es en
serio esta pregunta? (Risas.) Bueno, casualmente sí. Mi mujer me dijo que su
abuela era medio brujita. Tal vez heredó algo, porque me tiene hechizado.
Aún entre
risas, Sbaraglia no esquiva la seriedad de algunos temas. La crisis del 2001 lo
llevó a exiliarse en España donde logró hacerse de un prestigio y convertirse
en un referente latinoamericano. Por esa razón, en estos días signados por las
complicaciones en la relación de ambos países, fueron muchos los medios
europeos que intentaron arrancarle una posición respecto a YPF. Él, no quiso
hablar.